Por fín!

He encontrado ese lugar en la rodilla,
que si lo tocas, reacciona
como asustado, como pendiente
ante el peligro;
ese lugar del costado,
que si lo acaricias, no hay
ser humano que se salve:
cosquillas aseguradas.
Como si de un error de fábrica se tratara.

Encontré, de repente
el momento exacto
donde la noche y la música
bailan al compás de las olas
y la soledad brilla
como anfitriona
de la mejor fiesta del día.

He encontrado, por fin, esos besos
tímidos y a la vez intensos
que derriten hasta el más seco
de los hielos,
y despiertan
hasta el más tranquilo de los mares.

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