A veces.
A veces lo difícil no es responder nuestras propias preguntas, sino saber planteártelas correctamente. Pensar en por qué me fui en vez de por qué iba a quedarme, o en qué no hice en vez de qué me queda por hacer. Estamos tan equivocados... Venga ya. Pensar antes de hablar, vivir del destino, ordenar tu vida... Cobarde! Dílo de una vez! Ya tendrás tiempo para arrepentirte. Sé capaz de cambiar tu destino si existe. Y si no. Pues mejor aún. ¿Quién tuvo los cojones de ponerle nombre a nuestro futuro? Destino. Qué palabra más fea y vaya tipo más poco original. Ya que quieres decirme que mi futuro está escrito, búscate algo más creativo. O al menos maquíllalo hombre. No sé. Dime que seré feliz hasta el fin de mis días. Que estaré casado con la mujer de mi vida y tendré unos hijos maravillosos...Porque es que encima lo que nos espera podría ser lo peor que existe... Disfruta. Déjate llevar. Fluye de una vez! Escribe lo que quieres hacer y táchalo con ganas cuando lo hagas. Y si no te gusta la idea, pues búscate otra que te guste más. No hay máximas que seguir ni mínimas que ignorar. Siéntate y descansa...Disfruta de un buen libro o una buena compañía. Escribe. Corre. Folla sin compromiso. Enamórate. Sorprendete de una vez. Coño. Y si es verdad que tu límite existe. Haz toda la peluquería posible para que, al menos, cueste encontrarlo.
A veces incluso preguntamos cuando ya sabemos la respuesta. Como esperando que te respondan contra pronóstico. Como queriendo patear las expectativas... Como cuando le ganas al hombre del tiempo y sale el Sol después de semanas... Así, de repente... Que no eres imposible. Que tienes debilidades como cualquier otro humano aunque parezcas extraterrestre. Que sólo tengo que buscártelas mientras me miras a los ojos. Tú habla todo lo que quieras. Mientras, busco el plan perfecto para que no te vayas nunca de mis brazos. Sólo dame algo de tiempo y déjame disfrutar de esta limerencia y del melao de tus palabras, que ya encontraré el mapa de tus labios.Tranquila. Despreocúpate de eso, que si algún día llego a la X, créeme que lo sabrás.
A veces hasta preguntamos sin saber la respuesta. Sin siquiera perspectiva o idea alguna de lo que nos puedan decir. Preguntas para aprender o para entender un poquito mejor las cosas. Parece que esas son de las que faltan... Preguntas con respuesta. Larga, corta, ambigua, técnica, tan surrealista como Dalí o tan inesperada como el final de Perdidos. Si te gusto dímelo y si no pues también. Eso sí, cuanto más sincera sea la respuesta, mejor. Nada de mentiras. Nada de rodeos. Nada de engaños.
A veces preguntamos sin querer preguntar...
A veces, y sólo a veces, preguntamos.
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