Por fín!
He encontrado ese lugar en la rodilla, que si lo tocas, reacciona como asustado, como pendiente ante el peligro; ese lugar del costado, que si lo acaricias, no hay ser humano que se salve: cosquillas aseguradas. Como si de un error de fábrica se tratara. Encontré, de repente el momento exacto donde la noche y la música bailan al compás de las olas y la soledad brilla como anfitriona de la mejor fiesta del día. He encontrado, por fin, esos besos tímidos y a la vez intensos que derriten hasta el más seco de los hielos, y despiertan hasta el más tranquilo de los mares.