Monotonía involuntaria
Y una vez más despertó en la cama de siempre. En la misma habitación de la misma casa. Y en la misma calle de la misma ciudad... Ya llevaba a así décadas y nada cambiaba. Daba clases de literatura en un instituto del centro a alumnos cada vez menos interesados e influenciados por una sociedad decadente y desbordada de miedos... Ojalá pudiera elegir qué hacer el resto de mi vida - pensó -. Ojalá pudiera despertar a las orillas de una playa exótica en un pueblo desconocido, y escapar de esta maldita rutina. Huir de la monotonía. De lo común... Lo cierto es que lo que le atormentaba no eran sueños incumplidos. Era todo lo que siempre quiso ser. Todo aquello con lo que soñaba en su juventud. Todo aquello que luchó cada día para conseguir. Un exitoso y querido profesor que disfrutaba de las mejores vistas de la ciudad cada mañana.Dueño de un bonito apartamento en la cima del edificio que miraba absorto cada mañana ...