A veces.
A veces lo difícil no es responder nuestras propias preguntas, sino saber planteártelas correctamente. Pensar en por qué me fui en vez de por qué iba a quedarme, o en qué no hice en vez de qué me queda por hacer. Estamos tan equivocados... Venga ya. Pensar antes de hablar, vivir del destino, ordenar tu vida... Cobarde! Dílo de una vez! Ya tendrás tiempo para arrepentirte. Sé capaz de cambiar tu destino si existe. Y si no. Pues mejor aún. ¿Quién tuvo los cojones de ponerle nombre a nuestro futuro? Destino. Qué palabra más fea y vaya tipo más poco original. Ya que quieres decirme que mi futuro está escrito, búscate algo más creativo. O al menos maquíllalo hombre. No sé. Dime que seré feliz hasta el fin de mis días. Que estaré casado con la mujer de mi vida y tendré unos hijos maravillosos...Porque es que encima lo que nos espera podría ser lo peor que existe... Disfruta. Déjate llevar. Fluye de una vez! Escribe lo que quieres hacer y táchalo con gan...