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Siempre he sido un fiel activista en contra de las primeras impresiones, las huelgas no han sido suficientes como para hacer entender al mundo que un simple ojeo no es suficiente. Quizá lo que ocurre es que nos conformamos con la imagen que crea nuestro subconsciente. Pasan los años y la vagancia crece tanto como la credulidad. Muchos expertos piensan que el cambio se produce una vez tocamos fondo, pues bien, el fondo está más cerca de lo que pensamos. ¿A quién se le ocurre pensar que una mirada fugaz sirve para saber quiénes somos o cómo somos verdaderamente? Los días pasan y las banalidades comienzan a importar...